lunes, 18 de julio de 2011

Próximo destino: Perú



Después de un laaargo día de recolectar lo que me faltaba y hacer los últimos trámites, al fin puedo descansar un poco y aprovechar de escribir estas líneas pre-viaje. Mañana miércoles a las 4am parte el avión que me llevará a Arica, donde comenzará el viaje al Perú. El verano antepasado me quedé con las ganas (y muy a mi pesar, el pasaje) por culpa de las inundaciones en Cusco, así que lo que se viene es como una revancha.
Lamentablemente, por tiempo, no alcanzaremos a visitar Lima, así que uno de mis sueños culinarios deberá esperar. El plan es pasar, en 17 días, por Arequipa, Cusco y las ruinas de Machu Picchu y Choquequirao. Y francamente, la emoción me supera; ir a Machu Picchu (con todo lo cliché que sea) es uno de mis sueños de vida, y con más ansias espero conocer Choquequirao, que según me han dicho, es una experiencia todavía mejor, alejada del ruido, la fama y los miles de turistas. 
Y además del interés histórico (¡no todos los días uno camina por la capital misma del imperio inca!) está el obvio (vaya al título del blog) deseo de probar todo lo que se encuentre a nuestro paso. La comida peruana es mundialmente conocida por ser de las más ricas y sabrosas de la vida (fuente: Isidora), y a pesar de que el presupuesto es limitado, intentaremos comer la mayor cantidad posible de delicias locales. Definitivamente no volveré sin haber comido un buen cebiche, ají de gallina, alguna causa, un lomo saltado y un suspiro limeño, y tomar un pisco sour de verdad. Aunque de esos platos que muestran en Travel&Living con un cuy asado en medio, no estoy muy segura. 
En definitiva, cualquier cosa que pique (de verdad, no ese picante mula que te sirven pensando que le hacen un favor a la niña), bienvenido sea. 

¡Nos vemos Perú!

miércoles, 6 de julio de 2011

La buena comida rápida: Juan Maestro

Hace unas semanas fui al mall en plan familiar "aperarse pal invierno". Después de terminar el entretenidísimo panorama, y para recargar las energías perdidas, decidimos pasar al patio de comidas. Y para no repetir el típico Dominó (aunque nunca es malo), optamos por algo nuevo para todos: el Juan Maestro.